lunes, 20 de junio de 2011

La ignorancia y su disfraz de discriminación

Durante muchos años, activistas en contra de los inmigrantes se han dedicado a culpar a éstos de todos los problemas sociales en los Estados Unidos. La iniciativa más representativa de esta tendencia es la conocida Ley del odio, la cual convierte en criminal a todo inmigrante indocumentado en el estado de Arizona.

Este lunes, John McCain  y otros dos congresistas republicanos afirmaron que los indocumentados son los culpables de causar incendios en la zona de la frontera Sur en Arizona con el fin de enviarse señales entre ellos o despistar a las autoridades (Ver Noticia).

¿Existe un límite para el odio y la discriminación racial? No es secreto que miles de inmigrantes de países como México, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua; se aventuran año con año para vivir el sueño americano tras pagar cuantiosas sumas a "coyotes" que en muchas ocasiones terminan dictando su propia sentencia de muerte.

Latinoamérica siempre ha sido parte importante de la economía de Estados Unidos de Norteamérica; desde ser considerados su "patio trasero" para defenderlos de ideologías emergentes e inconvenientes para muchos; pasamos a ser el rostro invisible que ha sacado adelante al país de distintas crisis económicas y sociales.

No creo que ningún "gringo" esté dispuesto a limpiar baños, cortar el césped, reparar tuberías, trabajar en construcciones durante 12 horas bajo nieve o sol, ni mucho menos limpiar mesas, trapear pisos y vivir en condiciones poco humanas y lejos de sus familias para facilitarles un mejor futuro.

Y tampoco está mal que no quieran hacerlo; lo que me parece injusto es que existan personas que dediquen su esfuerzo, tiempo e inteligencia en generar iniciativas de discriminación hacia los inmigrantes; o que éstos sean acusados de todo crímen que suceda, sin valorar su esfuerzo o reconocer sus derechos inherentes como ser humano y que tienen más que ganados por el aporte realizado.

Empatía y solidaridad es lo que falta en el mundo. De vez en cuando todos deberíamos pensar y aprender a valorar el esfuerzo y el verdadero sacrificio que implica abandonar a la familia, caminar miles de kilómetros y someterse a todos los riesgos posibles, con el fin de encontrar un poco de estabilidad económica entre una vida de miedo, discriminación y soledad.

Es imposible negar que del mismo modo en que existen latinoamericanos que llegan a Estados Unidos a dedicarse al narcotráfico y actividades ilícitas; hay muchos norteamericanos que sí apoyan a los inmigrantes y agradecen el valor de su trabajo. Toda generalización significa ignorancia; pero todo gesto de empatía significa humildad.



El tema de la discriminación hacia los inmigrantes ha sido discutido por muchos artistas, entre éstos Wisin y Yandel, quienes dedicaron la producción audiovisual de su sencillo "Estoy enamorado" a representar parte de la realidad de los indocumentados.

lunes, 30 de mayo de 2011

Veinte años después

Hace un par de meses entrevisté al Dr. José Luis Molina Quesada, magistrado suplente y experto en materia de derechos humanos, para una nota ampliada sobre la Sala Constitucional en Costa Rica. Entre otras cosas me comentó haber conocido al sacerdote jesuita José María Tojeira y discutimos el caso de las 8 personas inocentes que asesinaron el 14 de noviembre de 1989 en las instalaciones de la UCA en El Salvador.

Ahora, al leer la noticia sobre la orden de arresto que se emitió en contra de 20 militares salvadoreños ( http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/judicial/195119-satisfaccion-en-el-salvador-por-ordenes-de-arresto-en-caso-jesuitas.html ) no puedo evitar experimentar una sensación entre alegría, ansiedad y sed de justicia.

Veinte años tardó la justicia en decidirse a actuar. Irónicamente, no ha sido la justicia salvadoreña la que emitió dicha orden; sino un Juez español. ¿Qué más podemos esperar? Con un país que se desvive entre discusiones y reclamos sobre quién tiene la culpa que la delincuencia sea incontrolable o que la economía tambalee ante las crisis internacionales; nadie se hace cargo ni tiene el valor de proponer iniciativas realistas y proactivas.

La izquierda culpa a la derecha por los últimos veinte años de gobierno que han dejado al país estancado entre corrupción, inestabilidad social y delincuentes de cuello blanco; la derecha acusa a los de la izquierda de ser "incapaces" para gobernar. En un país en donde rige el orden del caos, y algunos medios de comunicación definen su agenda según intereses políticos; es imposible lograr un cambio milagroso en 60 meses.

Esta orden de arresto emitida en España, debería de abofetear a la realidad salvadoreña. Con un sistema judicial violentado por quién tenga el dinero y el poder político para lograrlo; un ejército sin propósito ni horizonte, y un sistema político en el que uno propone y el otro descompone; es tiempo de nuevas iniciativas que dejen a un lado las prácticas ortodoxas del odio y el extremismo y se orienten hacia la creación de estrategias efectivas para rescatar a un país sumido en la pobreza, delincuencia y desigualdad económica, política y social.


Necesitamos ideas nuevas; políticos que no tengan miedo de decir NO a un soborno disfrazado de lobbying, jóvenes que fomenten el trabajo honesto, periodistas que amen su profesión y padres responsables que enseñen a las nuevas generaciones sobre el valor de la familia.

El Salvador es un pueblo que ha sufrido pero nunca ha perdido la fé. Caer está permitido, pero es inadmisible esperar otros veinte años para volverse a levantar.

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Por qué habríamos de ser razonables?

El ser humano está condicionado por las premisas de la lógica proposicional y los principios que se han llegado a considerar, hasta cierto punto, dogmáticos. Esta perspectiva de la razón, le cierra las posibilidades al hombre y mujer de actuar con autonomía; y más aún, de dejarse llevar por alguno de sus instintos, categorizados como parte de una etapa de la evolución que no debería ser recordada.

Todos hemos sido “irracionales” en algún momento de nuestras vidas, hasta el niño que llora por no obtener un caramelo podría considerarse un ser irracional; lo que significa que toda persona que luche fervientemente por realizar sus anhelos, deseos e ilusiones, de cualquier tipo, es alguien que no piensa con los cinco sentidos ni se logra adaptar a la realidad.

De ahí, que muchos personajes de la historia hayan sido considerados “inadaptados” en su época; ya que su forma de pensamiento salía de los parámetros esperados y en muchas ocasiones, sus propuestas, creaciones e inventos, fueron socavados bajo el argumento de “ser irracionales”.

Para George Bernard Shaw, “el hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues el progreso depende del hombre irrazonable”, lo que claramente se ve reflejado en el hecho que las personas que buscan la innovación, han sido muchas veces rechazados por la sociedad, y hasta mucho después, sus logros han sido debidamente reconocidos y empleados en la cotidianeidad.

Pero, ¿por qué ser razonables? Si la razón inhibe nuestros anhelos y deseos, y por consiguiente nuestros sueños de todo tipo, inclusive de realización personal.

¿Para qué ser razonables? ¿Para pasar sentado en el mismo escritorio, en la misma oficina durante 30 años? Siendo así, es preferible ser calificado como “irracional” para poder crecer, hacer cosas nuevas, generar un cambio en la lógica de las cosas y en la realidad, comúnmente adaptada a las necesidades e intereses de unos cuantos.

Si bien es necesaria una normativa para poder convivir en sociedad, esto no significa que debamos subyugarnos a lo que escuchamos, vemos, oímos y creemos que es lo correcto porque así se nos ha enseñado.

Si nos sometemos, como la mayoría, a este sistema de rigor y racionalidad, estaremos enterrando toda posibilidad de generar ideas nuevas que puedan cambiar el curso de la historia, por muy sutil que sean estas transformaciones; considero que siempre hay que luchar por dar un aporte a nuestro entorno, para cambiar la inmovilidad de una realidad condicionada.

Hay que aprender que no todo lo que se escucha es la verdad, hay que volvernos conscientes; más que racionales, tolerantes ante la idea que todos tenemos derecho a pensar por nuestra cuenta; ser críticos ante lo que se nos enseña, lo que observamos, lo que se nos haya dicho que es lo adecuado, lo “lógico”.

De este letargo en el que muchos viven, se aprovechan los “irracionales” para disfrazarse de entendimiento y proporcionalidad, para convencer a las masas con ideas “indefendibles, inmorales o peligrosas” .

Estaría de más explicar ejemplos como el Hitler y Musolini;  por eso es que debe llegar a entenderse que el uso de la razón, es un arma de doble filo; porque si bien sirve para las tareas más nobles y de conciencia social, del mismo modo, puede ser empleada por retóricos muy hábiles para convencer audiencias y concentraciones.

Muchas iniciativas que atentan contra la vida humana como la ley del más fuerte, el ojo por ojo, la guerra santa, la pena de muerte o las torturas de guerra; se llegaron a considerar necesarias porque se logró convencer a una sociedad que es un “mal necesario” para corregir las desviaciones que afectan  la búsqueda de un “bien común”.

En lugar de aprender a ser razonables debemos aprender a pensar, a criticar y analizar todo lo que se nos propone; debe cambiarse todo un esquema dogmático que nos dice como hablar, caminar, comer y vestir. Entonces deberíamos, hasta cierto punto, de ser irracionales, para ser originales, creativos y autónomos.

¿Para qué irnos a los extremos? De ningún modo, podremos generar un cambio. Si bien es sumamente perjudicial el empleo de la razón para fines sombríos, también debe considerarse así; cuando es llevado a la idolatría, y a la sublimación.

Si la Real Academia de la Lengua Española define la razón como la facultad de discurrir o el acto de discurrir el entendimiento, ¿Porque habríamos de endiosar a la razón? Si es una facultad más, de la que estamos dotados como seres humanos; la diferencia estriba en que unos han aprendido a crecer por medio de ésta y otros deciden quedarse estancados viviendo a través de otros.

Donde hay un triunfo absoluto de la razón, siempre habrá malestar; ya sea mediante el uso noble o malintencionado de ésta. Pues siempre habrá personas que luchen por una auténtica libertad de pensamiento, en donde la sociedad no tenga que ser blanco o negro, izquierda o derecha, liberal o conservadora; en donde los matices estén permitidos, respetando siempre los parámetros de convivencia social.

 De nada sirve la vida si no aprendemos a aprender; a comprender el mundo, a las personas, y la realidad. No hay peor enemigo que la ignorancia; no como antítesis de la racionalidad, si no como la negación de la existencia de múltiples verdades, premisas y principios.

No se puede usar la razón como escudo y excusa; en su principio y finalidad, deberá servirnos para entrar en conciencia, tener una actitud abierta a diferentes perspectivas, a respetar nuestro entorno; para poder después interpretar lo que recibimos, vemos, escuchamos, sentimos: lo que vivimos.

viernes, 11 de marzo de 2011

Histeria colectiva y desastres naturales

Hace un par de meses tuve la oportunidad de ver el filme de "Hereafter", producido por Clint Eastwood y estelarizado por Matt Damon; el cual inicia con unas impresionantes imágenes de un Tsunami recreado de forma digital.


Ahora, con las imágenes del terremoto y tsunami de 8,9 grados en Japón; me es imposible no tener una ligera sensación de escalofríos y de temor; incrementado por los comentarios de muchas personas que hablan de señales que nos acercan al fin del mundo y al 2012.


El epicentro del terremoto fue localizado a unos 400 kilómetros de Tokio y a unos 32 kilómetros de profundidad; y se produjo a las 14:46 hora local (05:46 GMT) con una una serie de fuertes réplicas.

Este tipo de desastres naturales generan histeria colectiva; y si bien existe la amenaza que se acerquen a las Costas del Pacífico en horas de la tarde; no deberíamos precipitarnos y adoptar una perspectiva fatalista ante los hechos recientes.


Como periodista, considero que una de mis labores es informar a quienes me rodean y generar confianza y serenidad a través de la recopilación de información de valor que puedan ayudar a otros que estén atemorizados.


Pero como ser humano, caigo en la trampa de la colectividad y de igual modo estoy a la expectativa de lo que pueda avecinarse a las costas de sur y centro América en particular.


La BBC informó que "las bolsas de Asia y la moneda japones, el yen, cayeron como consecuencia del terremoto y tsunami. Ahora será esperar, para poder conocer el impacto global que tuvo el terremoto en Japón".




Es uno de los sismos más poderosos en años y el maremoto ya llegó a las costas de las Filipinas sin haber causado daño alguno, pues se realizó la evacuación de los habitantes de las Zonas Costeras con anticipación.


En Centroamérica, si bien las posibilidades de que un tsunami afecte las Costas del Pacífico es mínima; el gobierno y las autoridades deberían de estar conscientes de las medidas que deben de tomarse en cuenta para enfrentar este tipo de desastres y educar a la población para que pueda actuar en función de; en caso que alguna de las Costas se vea afectada.


No conseguimos nada con la histeria colectiva, lo acepto; pero como humanos es imposible no sentir temor. Soy partidaria de convertir este temor en conocimiento y conciencia de la situación y principalmente; unirnos con respeto al pueblo japonés que enfrenta un momento difícil y actuar en consecuencia.


Después de todo no son sólo cifras, fallas georgáficas y placas tectónicas; son rostros con nombre y apellido; mujeres, hombres y principalmente niños.

sábado, 19 de febrero de 2011

Un tweet cada 3 segundos

¡Qué patético es no tener nada que decir y demostrarlo a través de las redes sociales!

Si bien es cierto que los recursos tecnológicos han sido creados para favorecer la comunicación, no significa que debería postearse hasta la fecha, hora y lugar de lo que se hace a cada instante.

He visto a varios de mis contactos exponer, al que esté o no interesado, todos los detalles de su vida privada; un itinerario de lo que hizo, hace y hará; incluyendo las personas que lo acompañan.

Actualmente, la tecnología nos permite estar conectados las 24 horas del día desde cualquier lugar del mundo, y comparto al cien por ciento la perspectiva de Twitter que sostiene que "el intercambio abierto puede tener un impacto global positivo"; por lo mismo considero que deberíamos cuidar también lo que decimos y el propósito de lo que queremos comunicar.

Quizá Twitter y Facebook se presten a que hablemos sin pensar y publiquemos lo primero que venga a nuestras mentes. También soy culpable de dicho pecado, admito que aún como profesional de la comunicación, no siempre filtro cada publicación que realizo en mi perfil personal de Facebook; sin embargo, procuro cuidar más mi lenguaje y aseveraciones a través de Twitter.

Estoy plenamente consciente que hay que respetar la libertad de expresión; pero creo que también deberíamos generar conciencia de las ventajas de contar con estas herramientas en la actualidad. Muchos se han visto beneficiados por las nuevas tecnologías de información, tal es el caso de sociedades bajo regimenes dictatoriales que han sufrido la censura periodística y de todo tipo de expresión; y mediante las redes sociales han logrado comunicarse, informar y dar a conocer al mundo la otra cara de la moneda.

No quiero parecer resentida ante la trivialidad con que algunas personas postean cada tres segundos; pero tampoco quiero sentirme culpable de no haber tratado de generar conciencia sobre la importancia de cada medio de comunicación, no necesariamente periodístico, con el que se cuenta hoy en día.

Aquí les dejo una reseña de los 10 Tweets más poderosos del 2010. Muy interesante ver cómo el uso racional y creativo generó un impacto en toda la comunidad virtual.

http://yearinreview.twitter.com/powerful-tweets/


Creo que mi abuelo, que murió hace alrededor de una década, nunca imaginó la gama de posibilidades que yo tendría para comunicarme; pero siempre recordaré una de sus frases que considero que nunca me parecerá desfasada. Si en algo os sirve, la comparto con ustedes.

"Paciencia y prudencia, verbal continencia. No mostrar mucha ciencia, presencia o ausencia según convenencia".


Seamos creativos, demos un paso adelante y fomentemos iniciativas para darle un mejor uso a tanta tecnología que tenemos a disposición.