lunes, 20 de septiembre de 2010

Nostalgia

Ya tenia dias de no venir por aqui.

He estado recordando las épocas de mi infancia. Creo que todos tuvimos los "amigos del pasaje" cuando estabamos pequeños.

Yo, en lo particular tuve la ventaja de tener unos primos de vecinos. Todavía añoro esos días. No porque mis primos, Lily y Carlos, jugaban con mi ingenuidad ni porque me ponian a vender en la esquina.

Añoro esos dias porque no existían las preocupaciones. Esos días de infancia en que nuestra mayor preocupación es terminar la tarea lo más rapido posible para poder salir a jugar. Mis mayores diversiones, aventuras y experiencias de mi niñez.

Ahora todos caminamos a pasos apresurados. Olvidamos el primer amor de inocencia, las risas, los chistes, las bromas, los años nuevos y las navidades.

A veces nuestros padres toman distintos caminos y nos llevan de sus manos y cometemos el error de alejarnos de nuestors amigos de la niñez, de nuestra familia.

Yo extraño cuando me ponía a vender "fresco calientito" con mi hermana y mi prima en la esquina del pasaje. Extraño los huevos con margarina de mi Tia Flor, las tortillas con limón donde la Abuelita, los tamales de mamá Queta y el "fresco de ensalada" que mi mami me compraba cuando regresabamos del Kinder. Me sentía tan poderosa cuando caminaba de su mano, que nada podría vencerme.

Nos volvemos "viejos" y dejamos de ver el poder de nuestros papás y creemos que nosotros lo tenemos todo, lo sabemos todo, lo podemos todo. Nos alejamos de quienes nos dan la vida, nos ausentamos de nuestras raíces.

Caminamos rápido, manejamos como locos, vamos por la vida como si la hubieramos robado. Pertenecemos a la generación que vive "como si fuera el último día", pero más bien vivimos como si tuvieramos un cronómetro con 60 segundos al lado del corazón.

Extraño esas filosofías. ¡Como quisiera rescatar una pizca de la niña que hay en mí! La que se reía por todo, la que le encantaban todos los viajes en familia, la que siempre compraba "cebada" en la Panadería La Divina Providencia o tomaba atol con elote a las 5 de la tarde.

Quisiera rescatar la emoción de salir corriendo a la puerta principal cuando sabía que mi papá llegaba del trabajo.  Nos volvemos "viejos", o al menos esa es la nueva excusa.

No quisiera seguir mi vida como si me fueran persiguiendo. Quiero volver a aprender. A valorar lo que importa y disfrutar.

Las preocupaciones nunca se irán, ¿Para qué las persigo? Una a una se resolverán.

3 comentarios:

  1. Qué buena catarsis.

    Saludos

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  2. Que bonito awwww recordando todos esos tiempos!!! :)

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  3. Te poníamos a vender fresco? Qué rácano soy, jajaja. Bromas. Lindo post, yo quiero un blog también

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